Punica granatum es el nombre latín, originaria de Asia Menor (Persia y Afganistán), la granada y sus frutos llegaron a Europa gracias a los comerciantes fenicios. Protagonista de innumerables historias y leyendas, en el mundo griego esta planta era sagrada para Juno y Venus. En la antigua Roma, las novias tejían ramas de granada en el pelo, un símbolo de fertilidad y riqueza. El máximo esplendor en el arte y la cultura se produce en el Renacimiento en las obras de Caravaggio que la representa como tema en sus cuadros.